Presas y azudes

Proyecto subvencionado por la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo del Gobierno de Cantabria


Inventario de las presas y azudes en la comarca Asón-Agüera-Trasmiera

Durante los meses finales de 2022, se ha elaborado un inventario de las presas y azudes presentes en los ríos de nuestra comarca, que ponemos a disposición, previa petición, de cualquier persona y entidad que quiera consultarlo. Se trata de un trabajo vivo, que puede enriquecerse con el paso del tiempo, pero que plasma la imagen más precisa disponible actualmente.

https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1xcIA-NcJUG3PNpnS8Cb27lp46yKvBA4&ll=43.303411519593766%2C-3.491548900000001&z=11

Jornadas lúdico-participativas

«Las presas y la vida en nuestros ríos»

Se celebraron dos jornadas de mañana, en Voto (domingo 13 de noviembre de 2022) y en Ramales de la Victoria (domingo 27 de noviembre de 2022), en las que participaron 27 (5 niños/as) y 12 personas respectivamente. En ambos municipios se habían derribado presas recientemente (verano y otoño de 2022), sin que los ayuntamientos o la población local hubiera sido informada al respecto. El resumen de las jornadas puede consultarse aquí.


Charla divulgativa

El jueves 15 de diciembre de 2022, presentamos algunos de los resultados del proyecto en una charla enmarcada en la actividad de divulgación europea de este Grupo de Acción Local, y en concreto de la dedicada al patrimonio de la comarca Asón-Agüera-Trasmiera y su contextualización en la UE, que realizamos desde el Punto de Información de Proyectos Europeos, con la financiación de la D. G. Fondos Europeos de la Consejería de Economía y Hacienda, en una acción transversal con la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo.


Ficha informativa

Hemos querido recopilar y resumir algunas ideas fundamentales en torno a la gobernanza y la participación de la población local en los procesos de eliminación de barreras transversales en los ríos, y el resultado es esta ficha informativa.


Entrevistas

Nos hemos dirigido a personas y entidades relevantes de la comarca, la comunidad autónoma y de ámbito nacional, para recabar su opinión en torno a los procesos de renaturalización de los ríos y la demolición de presas y azudes. Las preguntas, idénticas para todos, son las siguientes:

  1. Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?
  2. ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa) ¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?
  3. ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos? ¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?
  4. ¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?
  5. Puede añadir cualquier otra idea o comentario.

Sara del Hoyo Maza

Doctora en Historia del Arte y autora del inventario

1.     Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?

Unas y otros me traen a la cabeza el río, dirigido y regulado por el ser humano para satisfacer diferentes necesidades, como el abastecimiento de agua. También, la fuerza de esa misma agua, aprovechada para mover artefactos como batanes, molinos o ferrerías, y el arte de oficios como el de bataneros, arozas y molineros.

2.     ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa) ¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?

Sí me mantengo informada, desde las últimas semanas más aún, a consecuencia de la invitación formulada para formar parte de este proyecto. Con carácter previo, he intentado estar al día del asunto desde el verano de 2021, cuando saltaron a la prensa los problemas ocurridos con la demolición de la presa de La Cobrera en Santa Cruz (Molledo).

3.     ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos? ¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?

Mi opinión acerca de los procesos es que son oscuros y que no están teniendo en cuenta la opinión de vecinos y vecinas; es una realidad que, en varias ocasiones, estos han tenido conocimiento de la demolición de un azud cuando han advertido la presencia de maquinaria de obra junto a la infraestructura. Las autoridades se están amparando en la desinformación más absoluta, impidiendo el diálogo y la asunción, por parte de la ciudadanía, de una actitud activa de participación en relación con la conservación de su propio patrimonio natural (no solo amenazado por presas y azudes) y cultural.   

 Como idea propongo compartir información de forma tanto vertical como horizontal. En ese sentido, considero que es vital que los ciudadanos conozcan cuál es la situación de los ríos y, al tiempo, qué alternativas existen para mejorarlos. También es necesario que se propongan espacios de diálogo, que se compartan experiencias, que se facilite el contacto y la conversación, especialmente entre las personas de más edad, aquellas que conservan recuerdos de los usos del agua y de los ríos un tanto diferentes a los del presente.  

4.     ¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?

Por el lado del patrimonio natural, es preciso que los expertos definan las distintas vías de protección y, en concreto, que la administración, a la hora de tomar decisiones, sopese todas, incluidas aquellas que pudieran permitir la pervivencia de toda o parte de la infraestructura en cuestión. Por el lado del patrimonio cultural, y siempre antes de cualquier intervención (sea la que sea), llevar a cabo labores de documentación de la manera más exhaustiva posible y atendiendo tanto a los valores materiales (construcción, tipología, etcétera) como inmateriales de todo el fenómeno (la presa o el azud en su contexto).  

Ernesto Goríbar Ochoa

Piragüista con una trayectoria de más de 40 años, habiendo formado parte del equipo nacional de aguas tranquilas, así como competido en innumerables ríos.

Presidente del Club Piragüismo Colindres. Presidente de la Federación Cántabra de Piragüismo. Directivo de la Real Federación Española de Piragüismo

1.     Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?

A mi está claro que lo que me viene a la cabeza cuando veo una presa, o un azud, que viene a ser parecido, o un muro, lo que pienso como piragüista es en saltarla, en si es viable saltarla, si no es viable saltarla, la belleza que tiene cuando el río baja agua y se encuentra con la presa, el salto del agua….. es decir, para mi es tranquilidad, deporte y a la vez pues vida.

2. ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa) ¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?

Sí estoy al tanto de los procesos de demolición, pues soy habitual de la prensa y estoy leyendo que están teniendo lugar en Cantabria demoliciones de presas. Y también fuera de Cantabria puesto que, al ser piragüista, he visto que, por ejemplo, demolieron la presa del Bidasoa en Irún, una presa emblemática pues llevábamos remando allí, en el Descenso del Bidasoa, más de 25 años y siempre la hemos conocido, y ahora ya no está. Entonces, sí, se están demoliendo unas cuantas presas, pero realmente no tenemos más información al respecto.

3. ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos? ¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?

Opinión acerca de cómo se están llevando estos procesos, pues no tengo formada una opinión, porque entiendo que para poder opinar de cualquier tema y en un tema tan sensible como este, porque afecta directa e indirectamente a mucha gente, pues no tengo formada una opinión, no sé si es bueno, si es malo, si es necesario, si no es necesario, si afecta a los animales que viven allí, a los peces, los salmones, que suben, no sé si es facilitarles el paso o no facilitarles el paso, no se realmente cual es el motivo de las demoliciones, oigo cosas pero realmente no tengo una idea formada, porque oigo cosas y leo cosas de gente que está a favor y de gente que está en contra, como en todas las cosas.

Con lo cual, idea y sugerencia para mejorarlo no puedo tener actualmente porque, repito, no tengo la información suficiente para poder decantarme con el rigor necesario. Y, además, porque por mi bagaje, tanto personal y profesional como por el hecho de ser piragüista y llevar tantos años remando y compitiendo por ríos y embalses, y tan diversos, puedo tener un punto de vista, no mejor ni peor, sino muy diferente del punto de vista de otras personas con otras profesiones y aficiones distintas, lo cual es muy importante tener en cuenta.

A mi así, a bote pronto, lo primero que me preocupa es la vida de los habitantes del río, en este caso los peces, es lo que más me preocupa realmente, cómo les afecta, al igual que cómo les afecta una contaminación, cómo les afecta cualquier tipo de cosas que pueden hacer desaparecer la pesca. A los pescadores digamos que les preocupará el que los peces desaparezcan, porque no los podrían pescar, y a mi simplemente porque los peces son vida y los ríos tienen que tener vida, truchas, salmones y cualquier otro animal que habite, cualquier pato, etc.

4. ¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?

Este punto es el más complicada, entonces reitero lo anterior, no sé cómo se pueden conjugar las demoliciones de presas, necesarias, preguntáis, para renaturalizar los ríos. Bueno, puede ser, ha habido muchos impactos, los ríos tienen muchos impactos, provocados durante décadas. Antiguamente se vertían residuos al río, pero afortunadamente ahora está más regulado, aunque todavía vemos y observamos que hay ciertos sitios donde canalizan tuberías, como en Limpias, que van directamente a la ría, sin ningún tipo de filtro, ningún tipo de tratamiento ni nada, con lo cual… pues hombre, creo que en el año 2022… creo que “avance” eso no es. Pero lo que hablamos de presas, demoliciones de presas, pues me gustaría tener una opinión al respecto, pero para eso habría que escuchar, ir a foros del tema y estar muy encima.

5. Puede añadir cualquier otra idea o comentario.

Al final, lo del patrimonio histórico y cultural, para mí, sí es importante la conservación del patrimonio histórico y cultural. Muy importante, pero… aquí no sé quién decide y quién no decide demolerlas o no demolerlas, no estoy al tanto, ahora mismo es un tema que no domino, es un tema que me gustaría tener toda la información posible al respecto, de esa manera podría tener una opinión más responsable y fundada.

Paloma Sánchez Broch

Divulgadora cultural, autora del blog «Pecios de la arquitectura montañesa»

1.Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?

Presas para canalizaciones de ingenios hidráulicos históricos (molinos, ferrerías y batanes), estructuras para regadíos, molinos de mareas, presas de centrales hidroeléctricas y construcciones históricas para la pesca como empalizadas.

2. ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa) ¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?

Sí estoy al tanto y se trata de un tema preocupante La ley de Patrimonio de Cantabria protege los lugares de interés etnográfico que son los parajes naturales, conjuntos de construcciones o instalaciones vinculadas a formas de vida cultura y actividades tradicionales, sin embargo, se están demoliendo presas y azudes de molino históricos de forma indiscriminada, no solo en Cantabria, también en otras comunidades autónomas.

Las Confederaciones Hidrográficas plantean aplicar el artículo 126 bis del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, que promueve la eliminación de infraestructuras que, dentro del dominio público hidráulico, ya no cumplan función alguna ligada al aprovechamiento de las aguas (demolición total o parcial de azudes). Si se aplica estrictamente el planteamiento actual de Confederación Hidrográfica supondría la desaparición de cientos de bienes del patrimonio hidráulico sin la necesidad de solicitar permisos a las consejerías de cultura o sin tener en cuenta los catálogos patrimoniales.

En su propia página web se pueden consultar las últimas demoliciones que se han llevado a cabo y comprobar la destrucción indiscriminada de elementos históricos. En un documento de libre acceso de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y la Red Natura 2000 se citan azudes de molinos, puentes o elementos vinculados a ferrerías o industrias históricas que se han derribado. Al leer que la mayoría de los topónimos hacen referencia a “herrería”, “mazo”, “molino”, etc. de una primera lectura parece claro que muchos de estos elementos están vinculados a ingenios hidráulicos históricos y por tanto sería deseable un mayor control en estas demoliciones planeadas.

3. ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos? ¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?

Se trata de un tema controvertido y desconozco cómo se están desarrollando dichos procesos. ¿Quién determina el valor patrimonial de los elementos que se van a demoler?, ¿se documentan?, ¿se hacen fotografías, planimetrías, están catalogados o inventariados? Por lo que parece y a tenor de la documentación disponible en la web de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico no se citan estudios previos ni se realizan seguimientos arqueológicos.

Lo deseable desde mi de vista es que tras una labor previa de catalogación y un profundo estudio del valor patrimonial (arqueológico, industrial, cultural, etc.) de cada elemento se determinen cuáles es necesario que se conserven. Por ejemplo, existen en Cantabria restos de las presas de flotación de maderas utilizadas para proveer de madera a las fábricas de La Cavada y Liérganes, también hay restos en las rías de molinos de marea (algunos vinculados a cauces fluviales). También existen restos de estacadas y corrales de pesca fluvial, azuces de molinos y ferrerías históricas. No podemos permitir que desaparezcan, no solo forman parte de la historia de Cantabria, sino que son elementos clave para la configuración del paisaje y podrían volver a tener uso.

4. ¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?

Totalmente a favor de la recuperación de los ecosistemas de los ríos. Ahora bien, es necesario buscar una solución que conjugue conservar el patrimonio histórico y favorecer la mejora de los cauces fluviales. Primero habría que estudiar si realmente su demolición es necesaria para la renaturalización de los ríos. ¿Por qué se demuelen puentes?, ¿por qué se demuelen presas por completo pudiendo hacerlo parcialmente o abrir las compuertas existentes? También depende de los casos, pero se puede valorar la demolición parcial, la apertura de compuertas o la construcción de entubamientos. Siempre tras un trabajo previo de catalogación y documentación y bajo supervisión arqueológica. El criterio administrativo es más de carácter ecológico que patrimonial, pero eso no impide que la Consejería de Cultura debe actuar, analizar caso por caso, proponer soluciones intermedias e incluso plantearse nuevos usos.

Noel Quevedo

Coordinador de proyectos de Red Cambera

1.Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?

Si pensamos en estas infraestructuras, lo primero que se nos viene a la cabeza es el agua, esencial para la vida y el ser humano, el cual históricamente ha hecho por aumentar su disponibilidad y posibles aprovechamientos con la construcción de presas, azudes y canales en los ríos.

Estas infraestructuras han modificado notablemente las condiciones naturales de los ríos y de la diversidad biológica que vive directamente ligada a los cursos fluviales, una de las más ricas de la Tierra que a la vez prestan servicios ecosistémicos esenciales para la sociedad. La presencia de estas barreras impide una conectividad fluvial que afecta a los ríos y que impacta en su calidad.

2. ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa) ¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?

En Red Cambera hemos sido promotores durante los dos últimos años de la demolición de 3 presas en la cuenca del Deva (la presa de “La Estacada” en Potes y la presa de Puente Lles en el río Deva, y la presa de la ferrería de Ojedo en el río Bullón). Todas ellas se han ejecutado dentro del proyecto “Life Divaqua, mejorando la diversidad acuática de Picos de Europa” que coordina el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria. Además, también promovimos en 2017 la demolición de un azud en el río Camesa, aguas abajo de Mataporquera, con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Duero.

La demolición de todas estas presas en desuso y sin concesión de explotación supone mejoras para la continuidad fluvial, beneficiando la movilidad de peces como el salmón atlántico y abriendo la posibilidad de remontar los ríos de la vertiente cantábrica de nuevo, acción imprescindible en su ciclo vital.

3. ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos? ¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?

La fragmentación de los ríos es uno de los principales problemas a los que se enfrentan numerosas especies acuáticas a nivel europeo y mundial. El grado de aislamiento de los cursos fluviales españoles es de los mayores de Europa debido a la presencia de obstáculos transversales al cauce. Azudes y presas en desuso o cuya concesión se ha extinguido y no se han desmantelado, tal y como requiere la Ley de Aguas, impiden el adecuado movimiento de la flora y fauna en estos ecosistemas.

Diversas políticas, como la Estrategia para la Biodiversidad de la Unión Europea, o la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, tienen como objetivo reconectar los ríos. Para lograrlo resulta esencial un cambio de paradigma en la restauración de ríos que reconozca los impactos causados por los pequeños obstáculos fluviales y que incluya la participación de la ciudadanía en el proceso de toma de decisiones.

En este sentido, los derribos deben ser mejorados y enriquecidos gracias a la información, sensibilización, formación y participación ciudadana. A través de estos procesos debe buscarse el fomento del diálogo sobre la importancia de la conectividad fluvial así como ampliar su conocimiento y conocer el grado de aceptación de estas actuaciones en el territorio.

4. ¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?

Creemos que es importante dar protagonismo a los habitantes del territorio y poner en valor la visión local, así como implicarles en la toma de decisiones y en la propia gestión y conservación del medio natural.

Al mismo tiempo, pensamos que hay que actuar sobre las infraestructuras hidráulicas que están sin concesión de explotación y en desuso, tanto económico como social.

Por lo general, se suele abordar el territorio como una fuente de recursos tradicionalmente explotados, pero también es importante entenderlo como patrimonio ligado a sus valores tanto naturales, culturales como paisajísticos.

Es clave abordar los posibles conflictos relacionados con las demoliciones desde una mirada natural y social, integrando conocimientos y experiencias desde el ámbito científico como vía para poder enfrentarse a los actuales retos ambientales, sociales y culturales.

Por un lado, es fundamental divulgar para formar y sensibilizar a la población local para que tenga la oportunidad de aprender y conservar el medio ambiente. Y, por otro, hay que innovar en los procesos participativos, de abajo a arriba, teniendo en cuenta a los habitantes del territorio y conseguir capacitarles e implicarles en la gestión. Es fundamental abrirse a la posibilidad de conectar con la cultura local, recuperando los conocimientos compartidos y el saber popular.

Habría que sentar las bases de una conservación del medio natural entendida como una vía para mejorar el estado de conservación de determinados ríos o especies, pero también como vínculo social, cultural y paisajístico, como herramienta para el bienestar de los habitantes de un territorio, integrando en la medida de lo posible todas las visiones y gestionando de una manera global este patrimonio territorial, que como decimos, va ligado a sus valores tanto naturales como culturales y sociales.

Sandra García Montes

Directora General de Obras hidráulicas y Puertos del Gobierno de Cantabria

1.Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?

Infraestructuras concebidas para facilitar ciertos usos del agua.

2. ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa)?

En líneas generales, sí.

¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?

 No de forma directa, sí a través del expediente.

3. ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos?

Estas actuaciones persiguen la mejora de la continuidad fluvial y se abordan en infraestructuras que han quedado en desuso, siguiendo los pasos establecidos en la normativa para actuaciones de restauración fluvial y conservación de cauces.

¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?

En la página web de los Organismos de cuenca existe información sobre las actuaciones que se están llevando a cabo. Me parece una buena vía de información.

4. ¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?

Mediante la instalación de paneles y/o centros de interpretación en los molinos o lugares asociados a la infraestructura que se demuele, así como con la elaboración de material divulgativo y la organización de rutas temáticas que podrían ser guiadas.

Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Cantabria

1.Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?

En el contexto que se realiza la pregunta, y en sentido genérico, pienso en una de las construcciones de obras públicas que hacen posible un aprovechamiento hidráulico. Adquieren todo su sentido cuando se comprende la misión que desempeñan: elevar la lámina de agua y permitir su derivación, mediante canales con o sin regulación, hasta un pequeño reservorio desde donde se usará el flujo para accionar unas ruedas hidráulicas.

Una vez cumplida su misión, el agua es devuelta al medio.

Dibujado, así lo veo:

Por esta razón, una de las cosas que me viene a la cabeza es la idea de energías renovables.

Creo que es más preciso utilizar el vocablo “azud” o presa de derivación. Cuando se usa el término “presa” creo que se asocia antes con la idea de embalsar grandes caudales, y con otras tipologías constructivas.

2. ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa) ¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?

Si, de manera somera. En algunas ocasiones me han requerido información y/o opinión sobre casos concretos. También he participado en alguna actividad de difusión relacionada con la valoración del patrimonio de las obras públicas, y he utilizado como ejemplo aprovechamientos hidráulicos antiguos.

3. ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos? ¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?

Rigor en los conceptos y métodos.

¿Nos hemos preguntado -como pregunta científica- que es “lo natural” y “lo cultural”? ¿De verdad eliminar construcciones de un curso de agua es “re-naturalizar”? ¿O podría ser una forma de “re-culturizar”?

¿Tenemos claro el puzzle completo de la idea del aprovechamiento? ¿Sabemos cómo interactúan unos elementos con otros? ¿Y cómo se articula esto desde la administración? Comprender esto es clave para proponer una adecuada protección

¿Patrimonio natural a costa del patrimonio cultural?

Hay que dar con caminos de respeto/integración/convivencia

Pedagogía del patrimonio cultural, y del patrimonio de las obras públicas en particular.

A mi juicio, no se debe desarticular un aprovechamiento hidráulico (sea para molinería, minicentral… o lo que sea que suceda “por encima de las ruedas hidráulicas”) para plantearse su protección/destrucción por partes. Cierta que las figuras de protección del patrimonio cultural se desenvuelven mejor con nodos (el azud, la casa del molino, la rueda del molino…) que con redes (el aprovechamiento hidráulico en su conjunto) pero no debe ser óbice para “recortar” sin plantearse otros caminos.

Y no hay que olvidar que las figuras de protección no están pensadas para la interacción entre particulares y las diferentes administraciones. Por ello es fácil proteger “la casa del molino”, que suele ser una propiedad privada, pero no las obras hidráulicas (son de una administración que ha visto como caducaba el expediente de la concesión…) ni los accesos (son municipales, o de la red autonómica…). No es fácil conciliar tantos actores, a veces con intereses/motivaciones contrapuestas.

Gráficamente lo veo así:

Así fue pensado…

Para esta función:

Y así queda su huella en el territorio (en la representación del territorio en este caso…):

Visión territorial para comprender a lo que me enfrento, que afecta a “lo natural” y a “lo cultural”.

Además, creo importante destacar que en los asuntos del patrimonio cultural hay mucha carga de emoción. Lo que es lógico. Pero para gestionar se hace necesario recurrir a plantear el asunto como “problema científico” y aplicar concepto y método.

4.¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?

Con conocimiento y honestidad científica (insisto en la paradoja…¿demoler …necesario….para renaturalizar?  Da para un TFM…😊

Coordinándose los diferentes actores que tengan algo que decir en un proceso de estas características

Comprendiendo la dimensión territorial de las obras públicas hidráulicas, y haciendo propuestas en consecuencia

Contando con los profesionales que saben de obras hidráulicas

5. Puede añadir cualquier otra idea o comentario.

En el año 2009 el CEHOPU-CEDEX nos publicó este trabajo.

Por otros temas sigo en contacto con CEHOPU y hay interés de nuevo por el asunto hidráulico.

Es el resultado de tres proyectos de investigación en los que participé, de las convocatorias públicas del entonces Ministerio de Fomento. Presenté una propuesta en 2006 -las bases dieron especial relevancia a las propuestas relacionadas con obras hidráulicas- para la cuenca del Pas-Pisueña, que conseguí. A la convocatoria siguiente continué con el Ebro y a la última con el Nansa. La idea era seguir con el Asón, de hecho preparamos la documentación para concursar… pero empezó la crisis y se suspendieron las ayudas competitivas para investigación en este organismo.

Además, presenté resultados parciales en diferentes congresos (Historia de la Construcción, INGEPRO…). En estos ambientes de estudio del patrimonio de la obra pública lo que “más éxito” tuvo fue la metodología de trabajo, que además hemos confrontado con otros ámbitos, como el de las carreteras, con buen resultado.

Por otros temas sigo en contacto con CEHOPU y hay interés de nuevo por el asunto hidráulico.

Pepe Barquín Ortiz

Profesor Titular y Responsable del Equipo de Ecosistemas Continentales. Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria

1. Presas y azudes: ¿qué le viene a la cabeza si piensa en estas infraestructuras?

Pues cuando pienso en presas y azudes se me viene a la cabeza “aprovechamientos hidráulicos” de diferentes tipos, como son agua para regadío, agua para beber, energía hidroeléctrica o incluso antiguos molinos. Del mismo modo, también se me viene a la cabeza alteración del ecosistema fluvial, ya que las presas y azudes en función de su dimensión y uso tienen el potencial de alterar no sólo la cantidad de agua, sino su calidad, los regímenes de temperaturas, las dinámicas de sedimentos, las características del hábitat físico y la conectividad longitudinal de los ríos.

2. ¿Está al tanto de los procesos de demolición que están teniendo lugar en Cantabria, (o incluso en España o Europa)? ¿Ha participado, de forma directa o indirecta, en alguno de ellos?

Sí, estoy al corriente y, de hecho, en diferentes proyectos en los que participamos se están derribando azudes y presas para los cuales se ha caducado la concesión y están en desuso. De hecho, muchos de los azudes que se están derribando deberían haber sido derribados por la persona o entidad concesionaría. Pero raramente cuando la infraestructura se deja de utilizar se devuelve el sistema a su estado original. Este es un aspecto legal que debería ser fiscalizado con mucha mayor presión. No puede ser que se acuerde un contrato de explotación sobre un recurso público (i.e. de tod@s) , y que tras realizar la actividad económica y los beneficios correspondientes, la infraestructura quede en el río con los impactos ambientales negativos y problemas de seguridad para los que vengan detrás. No es legal ni justo.

3. ¿Tiene formada una opinión acerca de cómo se están llevando dichos procesos? ¿Tiene alguna idea o sugerencia que aportar para, en la medida de lo posible, mejorarlos?

Sí los tengo. Muchos de los procesos se realizan por oportunidad administrativa y de financiación. Es decir, se intentan derribar aquellas infraestructuras para las cuales ha caducado la concesión y están en desuso y las que entran en presupuestos. Sería ideal poder contar con un plan regional de mejora de la conectividad fluvial en el que se puedan priorizar las intervenciones mediante un sistema multi-criterio. Este sistema multi-criterio debería destacar las necesidades ambientales por legislación y los criterios ecológicos. Estos procesos deberían acompañarse de procesos de participación y educación ambiental para contar con la opinión de todos los grupos interesados. La formación y capacitación es muy importante para que la población esté correctamente informada de los aspectos ecológicos relevantes y de las líneas “rojas” marcadas por la legislación.

4. ¿Cómo cree que se pueden conjugar las demoliciones de presas y azudes, necesarias para renaturalizar los ríos y deshacer en parte los impactos negativos provocados durante décadas sobre los ecosistemas fluviales y más allá, con la conservación de la memoria y el patrimonio histórico y cultural?

Sinceramente, la conservación de las especies y de los ecosistemas no entiende de “legislación” humana. La conservación de la biodiversidad acuática, el tener ríos con suficiente agua limpia, el tener poblaciones saludables de salmones y truchas, la capacidad de autodepuración de los ríos y muchas otras funciones de nuestros ríos descansan en procesos ecológicos que nada tienen que ver con nuestra memoria histórica o cultural. Entiendo la importancia de mantener la memoria histórica y cultural de las infraestructuras y aprovechamientos hidráulicos, pero en los tiempos en que vivimos hay que tener un compromiso claro con la conservación de los procesos ecológicos si queremos conservar todos los beneficios que obtenemos de nuestros ríos. Hay soluciones clarísimas para generar espacios, aulas, museos (o incluso recreaciones digitales a través de la realidad virtual!!) donde muestras, composiciones artísticas o incluso parte o toda la infraestructura podrían estar alojadas. Este aspecto no debería ser un problema y debería ser negociado por todas las partes implicadas para llegar a soluciones consensuadas. Las soluciones pueden ser múltiples (por ejemplo, demoliciones parciales, entre muchas otras). Lo que no tiene sentido es que “coartemos” la restauración de procesos ecológicos o la conservación de especies por un aprovechamiento que está en desuso o que era histórico. Pongo como analogía otro problema ambiental similar… ¿Deberíamos dejar un valle deforestado porque los usos históricos del territorio desembocaron en esa situación? Sí es historia, es patrimonio. Registrémoslo, documentémoslo y generemos los recursos necesarios para que no se olvide y podamos tenerlo siempre presente, pero pasemos a la siguiente fase. No podemos “fijar” la naturaleza, ella es dinámica y se adapta.

5. Puede añadir cualquier otra idea o comentario.

Creo que hace falta avanzar en varios frentes. Desde un punto de vista técnico, es imprescindible una mayor colaboración e integración entre disciplinas para llegar a acuerdos técnicos y legales. Esta colaboración puede permitir entender mejor las necesidades de los diferentes profesionales y técnicos de las administraciones. Desde un punto de vista social, hace falta generar los espacios para poder encontrar consensos informados con el mejor conocimiento técnico-científico disponible. Del mismo modo, es necesario incrementar notablemente los procesos de educación ambiental y no sólo en los “niños”, sino una estrategia dirigida a múltiples estratos sociales.

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